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viernes, 13 de noviembre de 2015

DESESPERANZA


         "El más terrible de los sentimientos es el
                         sentimiento de tener la esperanza muerta"
                                                 Federico García Lorca


He leído un fragmento de Doña Rosita, la Soltera de Federico García Lorca y me ha sobrevenido un sentimiento fuerte de desesperanza. 

Os dejo aquí el fragmento:

"Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando en cosas que estaban muy lejos, y ahora que estas cosas ya no existen, sigo dando vueltas y más vueltas por un sitio frío, buscando una salida que no he de encontrar nunca. Yo lo sabía todo. Sabía que se había casado; ya se encargó un alma caritativa de decírmelo, y he estado recibiendo sus cartas con una ilusión llena de sollozos que aun a mí misma me asombra. Si la gente no hubiera hablado; si vosotras no lo hubiérais sabido; si no lo hubiera sabido nadie más que yo, sus cartas y su mentira hubieran alimentado mi ilusión como el primer año de su ausencia. Pero lo sabían todos y yo me encontraba señalada por un dedo que hacía ridícula mi modestia de prometida y daba un aire grotesco a mi abanico de soltera. Cada año que pasaba era como una prenda íntima que arrancaran de mi cuerpo. Y hoy se casa una amiga y otra y otra, y mañana tiene un hijo y crece, y viene a enseñarme sus notas de examen, y hacen casas nuevas y canciones nuevas, y yo igual, con el mismo temblor, igual; yo, lo mismo que antes, cortando el mismo clavel, viendo las mismas nubes; y un día bajo al paseo y me doy cuenta de que no conozco a nadie; muchachos y muchachas me dejan atrás porque me canso, y uno dice: «Ahí está la solterona», y otro, hermoso, con la cabeza rizada, que comenta: «A ésa ya no hay quien le clave el diente». Y yo lo oigo y no puedo gritar sino «vamos adelante», con la boca llena de veneno y con unas ganas enormes de huir, de quitarme los zapatos, de descansar y no moverme más, nunca, de mi rincón" 


Hay momentos en los que vivimos situaciones complicadas que nos llevan a un abismo que creemos sin retorno. Cuestiones como el desempleo, el desamor, la jubilación, la separación, la sensación de nido vacío o incluso el vivir parado en nuestro pasado o con miedo al futuro, hacen que estremos en un cajón desastre de emociones desesperadas que no nos hacen ningún bien.

El pozo oscuro al que nos conducen determinadas circunstancias consiguen que miremos la vida con una mirilla muy estrecha, y en ese momento perdemos de vista su inmensidad, las oportunidades que nos ofrece o la gente que tenemos alrededor. 

Hay ventanas que se abren y que están llenas de sensaciones emocionantes que tenemos que tener en cuenta, pero cuándo nos sentimos desesperados no somos capaces de verlas, por ejemplo en esta foto, ¿tú que ves?

Puedo mirar y ver una pared marrón, una chimenea, una ventana….pero también puedo ver la Alhambra, que luce bajo un cielo claro y a la que puedo ir a dar un paseo. 




Pero ¿QUÉ ES LA DESESPERANZA?   

La desesperanza es aquel estado de ánimo del ser humano que muestra una visión negativa de la realidad en la que se hace eco la tristeza, la depresión, y que afecta de forma muy importante a la baja autoestima, causa cansancio psicológico y físico llevando a la falta de acción para salir de esa situación.

¿Te ves o te has visto así alguna vez? 

Entonces, ¿Cómo puedo volver a tener esperanza?

Os dejo algunas recomendaciones:

1. Habla con alguien sobre tus sentimientos, cuéntale sinceramente que sucede en tu interior. No importa que la persona con la que hables sea amigo, terapeuta, psicólogo, familia, pareja...PERO CUÉNTALO. Esto hará que verbalices tus sentimientos, que los pongas sobre la mesa y de éste modo podrás afrontarlos con mayores garantías de éxito. También desaparecerá la soledad que sientes al hablar con alguien.

2. Medita sobre tu situación. Piensa hacia dónde te gustaría dirigir tu vida. Levántate y búscala. Te ayudará pensar en cosas que te ha gustado hacer en tu pasado, que te han motivado, que te hacían vivir. Una vez que recuerdes que cosas te movían por dentro, búscalas, lucha por conseguirlas. Puede referirse a un hobbit, una afición… Es importante que esta actividad la hagas fuera de casa, porque salir de casa en estos momentos es terapéutico en sí mismo.

3. Procura dentro de lo posible que te de la luz del día. Pasea al aire libre. Exponerse a los rayos de sol aumenta el estado de ánimo y nos hace ver la vida de una forma más amplia y relativizamos más los problemas. 

4. Deja atrás tu "victimismo". Si rebuscas en tus recuerdos, si haces consciente el día de hoy, y piensas sobre ello con tesón, te darás cuenta que ni todo es tan malo ni las cosas son blancas o negras. Siempre hay tonalidades. Y si rebuscas, encontrarás aquello que realmente te hace más feliz. 

5. Cree en ti. Nadie mejor que tu sabe que puede superar una situación. Céntrate en tu poder, en tu imagen…en tu ser. Piensa en lo mejor de ti, visualizado, ponlo dentro de una escena, como si te vieras a ti mismo en la televisión. 

6. Busca ayuda de especialistas. A veces creemos que no necesitamos ayuda, sin embargo, hay especialistas que trabajan para que te sientas mejor, para que pongas punto y final a esa desesperanza, para ofrecerte estrategias que hagan que veas más luz, allá donde ves solo sombra. 





miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL FIN DE LA ESPERA


"OJALÁ QUE LA ESPERA NO DESGASTE MIS SUEÑOS". 
                                                  Mario Benedetti


Un día me levanté por la mañana y decidí que ya no quería esperar más. No quiero esperar más de mi, no quiero esperar más de los demás, no quiero esperar más de la vida. Entonces, decidí actuar, me liberé de esa responsabilidad de tener que cumplir continuamente con mis expectativas, de vivir esperando los deseos de los demás, esperar que de la vida lloviesen mis sueños. Fue esa mañana cuándo empecé a conseguir objetivos no esperados con recompensas añadidas. 

¿ME PREGUNTAIS QUÉ ES LA ESPERA? La espera es esa situación que no te deja pensar mas que en aquello que hoy podría estar pasando.






LA ESPERA DE UNO MISMO: 


Quien de vosotros no ha hecho nuevos propósitos de ponerse en forma cuándo pasen las navidades, después del verano, antes de una celebración... Pensamos que después de las  vacaciones estaré más descansado para atender a la gente que quiero y que les dedicaré más tiempo. Esperamos siempre que se de la circunstancia para estudiar algo que estamos deseosos de aprender, suponemos algún día le declararemos a alguien nuestro amor, que habrá lugar para hacer ese viaje que siempre hemos querido hacer, y que llegará la ocasión en la que podré ser feliz.

Todo aquello que realmente deseamos no depende de la espera. Esa es la excusa que tenemos para no intervenir y no coger las riendas de nuestra vida. Cuándo algo se desea con intensidad, la espera desespera y en consecuencia actuamos de inmediato para obtener el resultado esperado. Imaginad a dos amantes que se encuentran en la parada de un tren ¿se quedarían esperando para lanzarse a los brazos del ser amado?
Pensad por un momento que os dicen que tenéis que vivir en un mes todo lo que podáis porque luego ya no podréis hacerlo. ¿Tu esperarías? Yo no…

                   NO ESPERO DE MIS SUEÑOS MAS,
                                QUE LO QUE DE MIS SUEÑOS NACE. 



Todo lo que esperamos de nosotros mismos, todo lo que nos exigimos como imperativo legal sobre nosotros, las expectativas que proyecto sobre mi a corto medio  y plazo y que luego, la mitad de las veces no consigo, provocan en mi una enorme frustración y pensamientos de incapacidad personal a veces difíciles de reparar. Atentamos de este modo contra nosotros mismos, contra nuestra autoestima y contra nuestra seguridad personal. 
¿Tú permitirías que alguien te tratara así? ¿Entonces por qué lo haces tú contigo mismo? 

El objetivo en este caso es aceptarnos tal y como somos, creer en nuestras capacidades y aceptar nuestros errores. Viviendo el presente, el ahora, es así como dejaremos de esperar algo para el futuro y al exigirnos menos, aquello que consigamos nos gratificará más y las recompensas será más emocionantes y las viviremos con más intensidad. 


LA ESPERA DE LOS DEMÁS:

Escuchamos decir  continuamente que amigos, familiares,  compañeros, pareja, etc, me están fallando.
Esperamos de los demás más de lo que realmente ellos quieren dar, del mismo modo que ellos esperan de nosotros también. Ocurre que en el momento que no se obtiene el resultado esperado, la expectativa que tenemos en las otras personas no se cumple y nos sentimos decepcionados y frustrados por ello.

Con este modo de acción, llegamos a utilizar incluso el "chantaje emocional", manipulamos al otro, coaccionamos y si finalmente no conseguimos nuestro deseo, decimos que nos ha fallado, que nos ha defraudado, que esa persona no merece la pena.

En realidad, no es que esas personas nos fallen, sino que estamos limitando la libertad del otro, llegamos incluso a obligar a que se comporten de acuerdo a lo que esperamos de ellos, sin permitir que se manifiesten tal y como son y que nos den aquello que ellos quieran dar, con ello ni nos sentimos mejor ni hacemos crecer libremente a la otra persona, la relación nunca llegará a ser plena, estará condenada al fracaso en algún momento de la vida. 

¿Y cómo podemos dejar de sentir así?

Hay que aprender a dar sin esperar nada a cambio. Ofrecer lo que tengo si quiero o me apetece darlo. Analizando como me gusta a mi que me traten, aceptaré la libertad del otro. Unicamente si nos conocemos a nosotros mismos, salvamos nuestros miedos, cogemos el timón de nuestra vida y ganamos seguridad en nuestro ser, podremos dejar de esperar algo de los demás y con ello nos sentiremos mucho más liberados de la esclavitud de esperar algo de alguien. 

A todos nos gusta que nos reconozcan lo que hacemos, que nos alaben, que nos digan cosas bonitas, que nos valoren, pero de ahí a depender emocionalmente de ello hay una distancia prudencial. Dejar en manos de los demás nuestra propia felicidad, es un atrevimiento inútil que nos llevará al abismo de nuestra esencia. 

SI ESPERAS QUE LOS DEMÁS OPINEN DE TI, SERÁS UN ESCLAVO DE SUS PENSAMIENTOS. 


¡¡¡¡ LIBERATE YA, TU VIDA ES TUYA Y TIENES QUE VIVIRLA!!!!!









lunes, 9 de noviembre de 2015

MUJERES VALIENTES

A lo largo de mi vida he conocido una gran inmensidad de mujeres valientes. Se han enfrentado a distintas situaciones problemáticas, y han salido airosas de ellas, todo gracias a la forma de encarar la vida con ganas, pasión y valentía. 

¿Cuántas mujeres valientes conoces? Enumera con los dedos de tu mano a cinco que conozcas. 
Llámalas, envíales un mensaje y díselo, que esto siempre es muy reconfortante. Se sentirán sorprendidas. ¡¡¡¡¡Vamos, prueba a ver que pasa!!!!!

Yo voy a usar mi blog para nombrar a cinco. Seguro que con lo que aquí escribo se sentirán identificadas y felices de leer el sentimiento que tengo hacia ellas. 

Aquí va: 

1. Conozco a una mujer, muy cercana a mi, que es resolutiva de por si. No ha tenido una vida fácil, pero cada obstáculo que se le ha presentado lo ha solventado con la fuerza interior con la que resplandece. Aún así nunca le ha faltado un sonrisa en su cara. Lleva mucho tiempo esperando una intervención médica ¿¿esperando?? Yo diría que ella no ha esperado, porque ha luchado tanto para que se produzca la operación, que solo ella sabe por lo que ha pasado para que se adelante lo antes posible. Os preguntaréis: ¿No tiene miedo? Claro que tiene miedo, pero ella es valiente, no por no sentirlo, sino por ser capaz de afrontarlo. Nos da un ejemplo cada día de esa fortaleza. 

Esta persona siempre ha marcado mi camino, para que yo lo tenga más suave y ligero. Gracias a ella, entre otras personas más, he podido ser hoy quien soy. Siempre he admirado su constancia y su lucha para conseguir aquello que se proponía, aunque en ella el esfuerzo era muy considerable, porque además de luchar por sus deseos, seguía manteniendo a flote las necesidades de los demás, bondadosa toda ella, siempre dispuesta a ayudar. Mantiene el bienestar  de la familia, a pesar de renunciar muchas veces al suyo propio. Por todo esto y mucho más, hoy le envío mi reconocimiento a mujer valiente. Yo la quiero muchísimo, con todo mi corazón. 


2. La otra mujer que conozco es amiga mía, una gran amiga, no solo para mi, sino para todas las que tienen la suerte de serlo. Contar con personas valientes de esta categoría es un tesoro del que no me puedo desprender, no se encuentran personas tan entregadas en este mundo todos los días. Quiero destacar aquí un gran acto de valentía que hizo hace poco por su mejor amiga. Hizo un viaje en avión, lejos de su ciudad, para acompañar a su mejor amiga en el lecho de muerte de su madre. Allí estuvo ella, con sus miedos y terrores ante la muerte de seres queridos, acompañando con gran coraje a su amiga. 

Me emociona pensar que hay gente tan bondadosa en este mundo, y estoy orgullosa de tenerla cerca de mi. A pesar de sus miedos, de no estar pasando por el mejor momento de su vida, de tener que luchar por su bienestar y por el de todos los que la rodean, ella sigue estando ahí. No olvida una llamada de ánimo cuándo más la necesito, aunque la intente convencer que estoy bien, ella enseguida lo nota, y ese día no dejo de recibir mensajes de ella. ¿Casualidad? No, no es casualidad, es valiente y fuerte, capaz de enfrentarse a sus problemas y dispuesta siempre para los demás. Sigo pensando que tengo mucha suerte de haberla conocido y compartir con ella alguna que otra cerveza  de amistad. 

3. La tercera mujer es decidida, guapa, alegre y aventurera. Su valentía radica en luchar por sus deseos hasta llevarlos a término. Se ha marchado de nuestro lado durante un tiempo, porque quería viajar y vivir aventuras, además de darle a sus hijos un aprendizaje diferente que solo puede recibirse con un traslado de país. El miedo que supone viajar a un país diferente a muchos kilómetros de tu zona de confort, enfrentarte a lo desconocido con hijos pequeños, todo para darles la oportunidad de crecer es admirable. 

No carece de riesgos esa decisión, porque ella allí está sola, con sus hijos y su marido, pero no están cerca sus amigas para darle un abrazo fuerte cuándo lo necesita. Esta situación está haciendo que repare en sí misma, en sus fortalezas y debilidades. El viaje que ha hecho, le ha servido no solo para conocer lugares nuevos, sino para trazar su propio camino. Eso es valentía, eso es salir de lo conocido y cómodo para vivir emociones y luchar fuerte para que los tuyos también las vivan. No olvidaré junto a ella los meses de septiembre y algún que otro café y paseo por la playa con nuestras confidencias y su sensatez siempre al aconsejarme bien. 

4. La cuarta mujer que aquí os nombro también comparte cervezas conmigo en noches posibles. Ella se ha enfrentado como tantas otras a muchos momentos de enfermedad, propia y de familiares cercanos. Es valiente, dura y alegre, pues a pesar de tanto miedo vivido por motivos de salud, su humor la engrandece y es raro el día que no logra sacarnos una gran sonrisa. Admiro su sentido del humor, que tanto hierro quita a los problemas. Su compañía siempre me es grata, nos es grata. 

Ahora vuelve a vivir una situación muy delicada, no en su ser, pero si de alguien muy cercano a ella. El dolor que siente en estos momentos, el miedo y la incertidumbre, no dejan de hacerla reaccionar de una forma grandiosa, como solo ella sabe hacer. Está pendiente de todos los que la rodean, disimulando su sufrimiento para evitar que los demás sufran. Esta acción la hace fuerte y valerosa, ahora sabe que ella es la que tiene que estar al pie del cañón y que su apoyo es indispensable, lo asume con tesón y valentía, con amor y esperanza. Me gusta mucho su actitud positiva ante la vida, ella sabe muy bien que ese es el primer paso para recuperarse y dar ánimo al que está a su lado

5. La quinta y no menos importante para mi,  es todo "Paz y amor", con ella es difícil no encontrase como en el cielo. Ella luchó desde muy joven sola, sin un padre que te aliente en el camino. A pesar de eso, ve la vida con luz propia, y es positiva y alegre. Se ha enfrentado a circunstancias difíciles, pero con su alegría ha sobrevivido con gallardía. Es el caso de una mujer que se hace a ella misma, fuerte y sensata como la que más. Admiro también su valentía al decir siempre lo que piensa, sin miedo al que dirán. Ella es una gran amiga, no por compartir algunas cervezas conmigo, sino porque en momentos importantes, siempre ha estado a mi lado, escuchándome y compartiendo su luz. Me gusta como cada día se supera a ella misma, a sus miedos e inseguridades y los convierte en oportunidades que la llegan a beneficiar a ella y a las que estamos a su lado. 

Tiene esa valentía de reconocer sus debilidades y de superar esos momentos de adversidad en el trabajo. Ella es de las que piensan que todo va a ir bien, así que no es la posición que tiene, sino la disposición a superar los obstáculos lo que la hace una mujer guapa y encantadora, de la que es difícil no sentirse "enganchada". Me gustan nuestros paseos por el campo, nuestras charlas y nuestras risas. 


No olvidéis esto chicas: 

  ERES MÁS VALIENTE DE LO QUE CREES,
               MÁS FUERTE DE LO QUE PARECES Y MÁS 

        INTELIGENTE DE LO QUE PIENSAS. 


sábado, 7 de noviembre de 2015

EL ARTE DE ESCUCHAR

Siempre hay demasiadas cosas que decir, y poco tiempo para escuchar a los demás, para mirarlos, para preguntarles -¿cómo estás hoy?-, incluso a veces cuesta trabajo saludar, "buenos días, buenas tardes, buenas noches, hola ¿que tal?". ¿Tan difícil es hacer eso?.  Esto roza con las reglas básicas de la buena educación, esa que los adultos nos empeñamos en que los niños tengan, pero que a veces  la practicamos muy poco.

Nos perdemos muchas emociones en el camino por no saber escuchar. Dejamos de conocer a gente muy interesante por no saludar y mirarla a los ojos. Podemos extraer tanta información de este simple gesto….claro, pero para eso hay que tener oídos amplios, vista atenta y corazón abierto, con ganas de saber más cosas de la persona con la que te encuentras, pero también hay que quitarse muchos prejuicios internos, llegamos a pensar:  "no lo miro, porque vaya que se crea otra cosa", "no saludo ni pregunto como está, porque puede darme la castaña o decirme que me ocupe de mis asuntos". Y en todo esto no solo perdemos a personas interesantísimas en el camino, sino que nosotros mismos dejamos de ser personas interesantes también.

No somos conscientes de que una una simple pregunta del tipo: "Hola ¿Cómo estás hoy?" dirigida a  un compañero de trabajo, a un familiar, a un amigo o incluso a un desconocido, puede desencadenar un torrente de emociones fantásticas, que nos harán más humildes como personas, más empáticos  y más humanos en general. Hay momentos en los que echo de menos esa humanidad. Cada uno vamos a lo nuestro, rozando incluso la mala educación, pareciendo personas sin alma, sin sentimiento, fríos y bruscos, toscos y mezquinos, ¡¡¡¡¡¡ Y si realmente no somos así!!!!!!! entonces, ¿por qué nos comportamos de esa forma?

EL ARTE DE ESCUCHAR…. esa es la clave. Es todo un arte, desde luego, tienes que despojarte de muchos prejuicios y dotarte de una buena autoestima para que no te sientas "tonto", si hay alguien que no te responde. 


Oímos con nuestros oídos, pero escuchamos
                     con nuestros ojos, mente, corazón, piel y entrañas.

Nuestro comportamiento es o parece áspero porque no sabemos escuchar. 
Escuchar es diferente a oír. Para escuchar necesitamos interpretar lo que la otra persona nos cuenta y utilizamos más habilidades cognitivas: atención, empatía, recordar, pensar, razonar, no juzgar. Mientras que para oír utilizamos únicamente el oído, solo necesitamos el sistema auditivo. Escuchar requiere   tener en cuenta no solo el sonido, sino los gestos, los silencios, la postura, las miradas….


Os dejo un video que cojo prestado de youtube que me ha encantado: 




                 
 A partir de ahora, siempre os escucharé un poquito más, así mejoraré como persona.     



miércoles, 4 de noviembre de 2015

EL VINO DE LAS EMOCIONES


Un buen día descubrí que beber un buen vino junto a  mis amigos y amigas, me hacía experimentar una serie de sensaciones extraordinarias en mi interior. Me permitía ser más espontánea, hablar de temas más intensos e íntimos, reír más, escuchar mejor, oler y saborear con más pasión.



Esas emociones se ponen en evidencia al compartir un brindis con alguien. El sonido de la copa al chocar, el olor del vino al moverse, la visión de su extensa gama cromática, desde rojo pasión a blanco pálido, el tacto del abrazo al amigo, que queda lejos del retraimiento porque nos sentimos menos cohibidos y más libres, el calor que provoca su sabor…todo esto es un estallido de impresiones digna de dioses griegos. 

Como decía Luis Pasteur: "Hay más filosofía y sabiduría en una botella de vino, que en todos los libros". 


Aquí también están implicadas las partes de mi cuerpo: 

Mis ojos: Que son capaces de distinguir el aspecto de ese vino, su color, fluidez, efervescencia…además de observar a las personas que me acompañan, de ver sus gestos, su aspecto, el vino me permite mirar con más amor a la persona que tengo frente a mi, que al tomar vino, también está dando lo mejor de ella. 

Mi nariz: A través del olfato, distingo el bouquet, el aroma, que en caso de tratarse de un vino blanco, me recuerda a determinadas frutas, flores del campo, y lo relaciono en mis recuerdos, con buenos momentos junto a personas   agradables, unas más dulces y otras más ásperas, como el vino mismo. 

Mi boca: Con ella distingo el flavor, el gusto, el tacto y  la sensación térmica que me causa. De la misma forma que los besos cariñosos que doy, en los que siento la suavidad del vino. 




Una cosa muy importante a tener en cuenta al tomar vino, es que dependiendo de la emoción que quiero que intervenga en un determinado momento, es necesario que se tome un vino concreto, de igual forma que regalo unas flores específicas para cada situación.

Así tenemos que, vinos con aroma herbáceo provocan irritación, rabia y enfado, los de frutas cítricas, me provocan viveza y romanticismo. Los vinos amargos me causan insatisfacción y generan crítica; los ácidos desarrollan en mí  un gran ingenio. 

Por ello, tomar un buen vino está muy relacionado con el arte de vivir, y para vivir hay que experimentar todas las emociones de que disponemos: alegría, tristeza, ira, enfado, asco, miedo, vergüenza, todas ellas mezcladas con una copa y buena compañía pueden hacerte tener noches mágicas. 









"El vino alegra el corazón del hombre y la alegría es la madre de todas las virtudes." Goethe




jueves, 29 de octubre de 2015

NIÑOS EMOCIONALES

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN NIÑOS. 

Educamos a mi hijo en emociones desde que es muy pequeño, tan pequeño que ya en la cuna le tenía colgadas fotos de caritas tristes y contentas, en blanco y negro, que venían en un libro que me regalaron "Todo un mundo de sensaciones" y "Todo un mundo por descubrir". 

Llegó un momento, en que el niño distinguía lo que le pasaba. "Hoy estoy muy triste por….", "mejor no hablamos, que estoy muy nervioso…", "estoy muy contento por…"  "No quiero dormir solo, tengo miedo…". 
Y no solo lo identificaba en su interior esos sentimientos,  sino que además sabía expresarlo. 

Con esta educación emocional, yo pensaba que todo sería mucho más fácil y llevadero y que se evitarían los problemas típicos de la educación de un menor,  no fue así del todo, es decir, que lo que se consigue con esto no es eliminar los problemas de la convivencia, sino darles forma y sentido, aprender a afrontarlos a gestionarlos y enseñar al niño para que también sepa hacerlo y no tema expresarse. 

Esto si lo he conseguido, las rabietas, los miedos, las tristezas…son afrontadas siempre con gran ánimo y de una forma más positiva. Hemos conseguido un niño más feliz, porque sabe expresar y gestionar sus emociones y una familia más feliz, porque todo podemos hablarlo desde el sentimiento. 

Todo esto comenzó con el libro de Inteligencia Emocional de Daniel Goleman, que leímos el padre y yo cuándo estábamos estudiando psicología. Época en la que se hablaba tanto de Coeficiente intelectual, con aquellos test estandarizados (Raven , Wechsler…). Pero a mi, que tanto me ha interesado siempre el tema emocional, pensaba que habría algo más que aquello que medían los test de inteligencia y con Goleman descubrí la Inteligencia Emocional. 

¿QUÉ ES ESO DE INTELIGENCIA EMOCIONAL?



Desde entonces, el tema de las emociones es el que más me ha interesado, mis alumnas bien lo han sabido cuándo les daba clase de procesos cognitivos, en el que me detenía emocionadamente con el tema de la inteligencia emocional. 

Años después, cayó en mis manos otro libro: "Educar con Inteligencia emocional" de Maurice J. Elias, Steven E.Tobias y Brian S. Friedlander. 
En la contraportada del libro dice: "Este libro empieza donde acaba el de Daniel Golema. En él tratamos de ayudar a padres y madres a comprender por qué la inteligencia emocional es tan importante en lo que concierne a la crianza del día a día y a crear paz y armonía en una casa". 

Aconsejo la lectura de este libro, yo lo compré cuándo trabajaba con niños y necesitaba explicaciones más emocionales, basadas en el sentimiento. Una frase que puede resumir a mi parecer el libro sería: "Trate a los niños como le gustaría que le tratasen a usted", así que me leí el libro y pude educar y enseñar de una forma más positiva y responsable, con resultados más bonitos. (aún me saludan por la calle, me dan besos y me presentan a sus mujeres e hijos), para mí nada más emocionante. 

Claro, y a mi hijo se lo aplico desde que nació muchos años después. 
Tiene un par de estantes de cuentos de inteligencia emocional que nos encanta leer. Pongo aquí una pequeña relación de ellos por si a alguien le interesa: 

De la autora Trace Moroney: 

-"Cosas que me gustan de…" da ejemplos muy sencillos de situaciones cotidianas de los niños y a partir de ellas se generan pensamientos positivos. 

    *Cosas que me gustan de mi.  En el que se trabajo el concepto de autoestima. 

    *Cosas que me gustan de mi familia. En los diferentes tipos de familia que hay, la misión fundamental es la de que sus miembros se sientan queridos, seguros, protegidos y escuchados. En este ámbito, el niño no es menos.

- ¡No te enfades! de Berja García Sabajés y Armelle Modere. En este libro se gestiona el enfado para que se aprendan a cambiar comportamientos en diferentes ámbitos del niño (casa, colegio, amigos..)

-Siempre te querré. De Robert Mucsch, en el que de una forma muy poética enseña al menor cuales son las etapas de la vida y su evolución desde que se es niño hasta que se es mayor. 

- La colección ¿Qué sientes con? de Violeta Monreal. Aquí trabaja todos los sentimientos desde la A a la Z.  L de Libertad; N de nerviosismo. 



















- "El domador Miedoso" de Nuria Homs, en el que trabajamos el concepto del miedo. 

Estos son solo un pequeño ejemplo de libros que educan en las emociones, algunos están también relatados en youtube 

También hay películas, cortos, que trabajan este concepto:

Mamá de que color son los besos, en libros y en dibujos.




El lápiz amarillo:



El monstruo de colores: 







El pez arcoiris:



  El control de la Ira:



Como veis, de esta forma consigo que mi hijo no tenga tanto interés en encender la televisión, en la que solamente podrá ver aquello que no siempre me parece más adecuado, pero con estos vídeos que he cogido prestados de youtube y otros muchos más, él no prescinde de ver dibujos animados, eso si, con un resultado emocional mucho más positivo para él y para toda la familia. 


Y recuerda:

A veces no es posible estar alegres, 

pero siempre es posible estar en paz. 





miércoles, 28 de octubre de 2015

VOY A TOMAR UNA DECISIÓN


Desde que me despierto por la mañana hasta que me duermo por la noche estoy tomando decisiones, las cuales puedo englobar en distintos ámbitos ,desde el doméstico y familiar al ámbito laboral. También es distinta la dimensión: decisiones irrelevantes, como decidir que ropa me pongo hoy, a otras más importantes y difíciles, como por ejemplo decidir qué estudios quiero cursar o dónde quiero vivir. 
Y me pregunto, ¿por qué unos días se claramente lo que tengo que hacer y otros días me cuesta tanto decidirme?

La respuesta es la siguiente:

LAS EMOCIONES DEL MOMENTO INFLUYEN EN LA TOMA DE DECISIONES. 


Una vez que comprendo que las emociones afectan a nuestras decisiones, es necesario que me conozca a mí mism@, para saber cuales son las que me afectan y como me influyen en la manera en la que las manifiesto, tanto en mí mism@ como en los demás.
Por poner un ejemplo, se dice que no hay que ir a hacer la compra cuándo se tiene mucha hambre, porque la ansiedad que te provoca esa situación, hará que compres más cosas innecesarias que no tenías previsto.  Otro ejemplo: si hay algo que te enfada y tienes que hablarlo con  tu jef@,  pareja, hij@, padres, etc, espera a que se pase el enfado, porque así la solución a dicha decisión será más exitosa.  
Como veis, para ello es necesario que sepamos pararnos un momento y aprendamos a identificar las emociones que sentimos, y para ello es importante un análisis introspectivo de uno mim@.

Los estudios de investigación cada vez más, corroboran con más precisión que la toma de decisiones está más influenciada por las emociones que por la razón, y esto, lejos de lo que se creía antes, es requisito indispensable para llegar a tomar la decisión correcta. Con ello, se confirma la afirmación de Pascal "el corazón tiene razones que la razón ignora".

Cuando tomamos una decisión, se producen en nuestro cerebro unas reacciones que se encargan de recordar experiencias similares ya vividas en nuestra infancia, adolescencia, vida adulta. Además tenemos nuestras propias preferencias, en cuanto a gustos personales que vamos desarrollando en función del sentimiento positivo o negativo que nos van produciendo. De este modo, reaccionamos a la emoción manifestada y tomamos una decisión. 

¿LAS EMOCIONES ME AYUDAN A DECIDIR?

Siempre me ayudan a decidir, pero no siempre son buenas consejeras. 















Si estoy enfadad@, la decisión que elija será demasiado brusca y visceral, con lo cual puede que consiga la meta final, pero el medio que utilizo traerá consecuencias nada positivas. 
Si estoy triste, me dejaré arrastrar por ese sentimiento y haré las cosas sin ganas, con apatía, por ejemplo, me vestiré con lo primero que coja, descuidando nuestra imagen. 
Si tengo miedo, la decisión que tomo será de quedarme paralizad@ o salir corriendo en la dirección contraria a la que me gustaría tomar. 
Si estoy con ansiedad, puede que le de un grito a la persona que más quiero Y que se ha puesto en mi camino. 
Cuándo me siento culpable: Mis decisiones dependerán más de lo que la otra persona quiera que de lo que yo mism@ considere.
Si estoy alegre: probablemente decidiré aquello más positivo y beneficioso para mi y para los demás. Esta decisión la disfrutaré mucho más y será seguramente más acertada. 


Quiero decir con esto, que debemos aprender a controlar nuestras emociones, porque ya hemos visto que intervienen decididamente en las elecciones que hacemos, y si se toman esas decisiones de manera impulsiva, podemos conseguir resultados nada gratificantes para nuestra vida y con consecuencias muy desfavorables.
Aprender a controlar nuestras emociones es una tarea muy difícil que requiere de gran esfuerzo y dedicación. La inteligencia emocional se encarga de ello, y nos enseña a identificarlas para poder controlarlas. 
Quiero destacar por otra parte la necesidad de tomar decisiones por si mism@. Cuando decidamos algo, intentaremos guiarnos por nuestro instinto, que difícilmente nos engañará. Si la opción que escogemos es la que la otra persona decide, nos equivocaremos por completo. Para ello os dejo un pequeño vídeo muy ilustrativo. 


        NO OLVIDES QUE NADIE MEJOR QUE TÚ TOMARÁ LA DECISIÓN QUE MÁS LE CONVENGA. 

Os podría hablar del proceso de toma de decisiones que siempre he estudiado:  
  1. Define el problema
  2. Analizar el problema
  3. Evaluar las diferentes alternativas
  4. Elegir las alternativa
  5. Aplicar la decisión
Pero prefiero dar aquí algunas recomendaciones más cercanas y prácticas:

1. Encuentra en ti la razón por la que tomar esa decisión. No importa que sea buena o mala, lo importante es que sea tuya. 

2. Analiza tu estado emocional, controla tus emociones y las decisiones que tomes te harán más feliz. 

3. No tengas miedo ante una decisión, lo que decidas no será para siempre, podrás cambiarlo siempre que tú desees. 

4. Sincerate contigo mism@, si quiero tomar una decisión, lo único que tengo que hacer es querer tomarla.

5. Se flexible. No importa que te equivoques, porque esa equivocación será tuya y por tanto en tus manos estará que quieres remediarla. 

6. Por último, actúa, quítate el miedo al decidir, es un hábito que cuanto más se practica mejor sale. Como andar en bicicleta.



No os perdais este vídeo, que aclara visualmente lo que he querido explicar con palabras. 









Por último, no olvides la frase siguiente: 

SIEMPRE ESTAMOS TOMANDO DECISIONES, 
NO TOMAR UNA DECISIÓN IMPLICA
QUE YA LA HAS TOMADO






lunes, 26 de octubre de 2015

LLUEVE FUERA, LLUEVE DENTRO

Dias de lluvia en la calle, pueden ser la oportunidad para disfrutar de nosotros mismos.
Siempre he asociado la lluvia con la melancolía, la nostalgia y la paz interior, acompañándola de un buen libro y una mantita en el sofá.

La lluvia es una gran aliada nuestra, nos limpia el ambiente y también purifica la mente. Ayuda al recogimiento interior y colabora para que podamos mirarnos hacia adentro de forma introspectiva. 

LLUVIA Y SONIDO

No solamente las gotas de la lluvia purifican el ambiente exterior y limpian el interior, sino que también nos acompaña el sonido de la lluvia, que tanto relaja, creando un ambiente positivo, de hecho, es algo común usarla como herramienta terapéutica, ya que es un ruido aleatorio y constante que mejora los procesos cognitivos, la concentración y el estado de ánimo.

ESTRÉS BAJO LA LLUVIA

Esto lo digo desde el punto de vista de tener la suerte de ver llover desde los cristales de nuestra casa, con la manta y el libro,  otra cosa muy distinta es tener que salir a la calle con la lluvia (para ir a trabajar, para recoger a los hij@s del cole, para ir a hacer la compra, para llevar a tus padres al médico…), aquí si que esto se puede vivir como una causa más de estrés en nuestras vidas. Llevar el bolso, el abrigo, la compra, el paraguas…son causas de malestar que nos provoca un cansancio inmenso. Pero no es la lluvia la que provoca este estado, sino nuestra forma de vivir esos momentos. Es cierto que los cambios climáticos, como cualquier otro tipo de cambios es causa de desestabilización emocional. Se asocia el sol con alegría y la lluvia con tristeza y melancolía. Y digo yo, acaso la melancolía y la tristeza no son beneficiosas también para la salud? Dejo aquí la pregunta porque la respuesta se merece un post para ella sola. 

LLUVIA Y LOS NIÑOS

Luego tenemos la otra visión de la lluvia, la de los niños, supone la oportunidad de poder saltar en los charcos con las botas de agua, ponerse un chubasquero y coger el paraguas… es lo más divertido del mundo y nunca debemos impedir que se mojen un poquito o que se llenen los pies de agua, no hay sensación de mayor libertad. Si no lo creéis, podéis ver este precioso vídeo que he tomado prestado. 


LLUVIA Y AMOR

Y claro, la lluvia también es un gran aliado para el amor. Ahí tenemos los mejores besos de cine bajo la lluvia: El hombre tranquilo de John Ford;  Desayuno con Diamantes de Black Edwards; Match Point de Woody Allen; Cuatro bodas y un funeral de Mikel Newell por poner algunos ejemplos. 
Os dejo una escena que me emociona siempre de la película "El diario de Noa" de Nick Cassavetes. 


 No hay nada como un beso bajo la lluvia, cuando esto ocurre, la sensación es magnífica, no eres capaz de sentir que te estás calando hasta los huesos.
Lo que está muy claro, es que la lluvia causa efectos en las emociones de las personas.

Termino este post con la escena de la película "Cantando bajo la lluvia".  Os la dejo aquí, para que podáis reflexionar sobre ella, ¿Qué efectos puede producir la lluvia en nuestro estado de ánimo? ¿Puedo ser feliz bajo la lluvia, es decir, el estado de felicidad está dentro o fuera de mi? Algún día me lo contáis, ya sabéis que siempre me interesa vuestra opinión. 



viernes, 23 de octubre de 2015

LUNAS DE ARENA

Hablemos de poesía, que tan cerca está de las fibras sensibles de nuestras emociones. 

La poesía es la revelación de un sentimiento,
 que el poeta cree que es personal e interior
 y que el lector reconoce como verdadero.
(Salvatore Quasimodo) 

Los poemarios son una recopilación de poemas.  Ayer asistí a una presentación de uno de ellos, pero no uno cualquiera, es el poemario de mi amiga Gloria Langle. 

LUNAS DE ARENA….


Le he pedido permiso para escribir hoy las emociones que sentí ayer al escucharla recitar sus poemas en el Círculo Mercantil, un lugar de Almería que siempre me ha encantado y me ha transmitido mucho embrujo, aún más me embriaga, si el lugar queda ensordecido ante la envolvente voz de Gloria recitando "Carpem Diem", "Cuando me vaya" y "Tu voz". 
Tengo que reconocer que alguna lagrimita que otra se escapó entre el público, reteniendo hacia adentro el sollozo que  la vergüenza ahoga. 

Presentó el acto la también poetisa Graciela Zárate, con una mezcla de amor y entusiasmo hacia Lunas de arena y su admiración por Gloria. La sencillez y cercanía inmensa con la que introdujo a la autora,  llegó dentro del corazón de los espectadores y la aplaudimos con alegría y admiración. Creo que Gloria no ha podido encontrar una persona que la presente mejor. 

Quedó muy evidente la buena química existente entre estas dos grandes mujeres escritoras y entre ellas con el público. 

Y a mi, que me gusta tanto observar las emociones y que además anoche, el círculo mercantil estaba  rebosante de ellas, ¿que vi, que sentí?

Entre ambas poetisas, por supuesto, era todo energía positiva, que irradiaban a diestro y siniestro por la sala, con esa sonrisa amplia, esa mirada tierna y agradecida, la postura erguida de confianza en una misma, de saber que se está haciendo lo que realmente se quiere y que además el salón noble estaba a rebosar y todos los presentes disfrutábamos con lo que ellas exhalaban. 

El grito de sangre ahogada del poemario de Gloria es sin duda un llanto acallado en las palabras, que describe con precisión el estado interior de esta escritora. Lo recita con precisión y con la fuerza de un volcán, porque ella es así, llena de alegría y optimismo, llena de esperanza y fe, a la vez sensible y tierna, llena de amor….AMOR, que reparte a los que la rodeamos y con el que nos hace vibrar. 

Gracias Gloria, por sacar en cada momento nuestro más hondo sentimiento con tus poemas y tus narraciones, gracias por arrancar de nuestra alma la emoción necesaria con tu palabra precisa. 

Os adelanto que quiero grabarla un día para que todos mis lectores podáis escucharla recitar, en este post no ha sido posible, quedo en deuda con ello. 


















Graciela Zárate y Gloria Langle