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miércoles, 4 de noviembre de 2015

EL VINO DE LAS EMOCIONES


Un buen día descubrí que beber un buen vino junto a  mis amigos y amigas, me hacía experimentar una serie de sensaciones extraordinarias en mi interior. Me permitía ser más espontánea, hablar de temas más intensos e íntimos, reír más, escuchar mejor, oler y saborear con más pasión.



Esas emociones se ponen en evidencia al compartir un brindis con alguien. El sonido de la copa al chocar, el olor del vino al moverse, la visión de su extensa gama cromática, desde rojo pasión a blanco pálido, el tacto del abrazo al amigo, que queda lejos del retraimiento porque nos sentimos menos cohibidos y más libres, el calor que provoca su sabor…todo esto es un estallido de impresiones digna de dioses griegos. 

Como decía Luis Pasteur: "Hay más filosofía y sabiduría en una botella de vino, que en todos los libros". 


Aquí también están implicadas las partes de mi cuerpo: 

Mis ojos: Que son capaces de distinguir el aspecto de ese vino, su color, fluidez, efervescencia…además de observar a las personas que me acompañan, de ver sus gestos, su aspecto, el vino me permite mirar con más amor a la persona que tengo frente a mi, que al tomar vino, también está dando lo mejor de ella. 

Mi nariz: A través del olfato, distingo el bouquet, el aroma, que en caso de tratarse de un vino blanco, me recuerda a determinadas frutas, flores del campo, y lo relaciono en mis recuerdos, con buenos momentos junto a personas   agradables, unas más dulces y otras más ásperas, como el vino mismo. 

Mi boca: Con ella distingo el flavor, el gusto, el tacto y  la sensación térmica que me causa. De la misma forma que los besos cariñosos que doy, en los que siento la suavidad del vino. 




Una cosa muy importante a tener en cuenta al tomar vino, es que dependiendo de la emoción que quiero que intervenga en un determinado momento, es necesario que se tome un vino concreto, de igual forma que regalo unas flores específicas para cada situación.

Así tenemos que, vinos con aroma herbáceo provocan irritación, rabia y enfado, los de frutas cítricas, me provocan viveza y romanticismo. Los vinos amargos me causan insatisfacción y generan crítica; los ácidos desarrollan en mí  un gran ingenio. 

Por ello, tomar un buen vino está muy relacionado con el arte de vivir, y para vivir hay que experimentar todas las emociones de que disponemos: alegría, tristeza, ira, enfado, asco, miedo, vergüenza, todas ellas mezcladas con una copa y buena compañía pueden hacerte tener noches mágicas. 









"El vino alegra el corazón del hombre y la alegría es la madre de todas las virtudes." Goethe




viernes, 23 de octubre de 2015

LUNAS DE ARENA

Hablemos de poesía, que tan cerca está de las fibras sensibles de nuestras emociones. 

La poesía es la revelación de un sentimiento,
 que el poeta cree que es personal e interior
 y que el lector reconoce como verdadero.
(Salvatore Quasimodo) 

Los poemarios son una recopilación de poemas.  Ayer asistí a una presentación de uno de ellos, pero no uno cualquiera, es el poemario de mi amiga Gloria Langle. 

LUNAS DE ARENA….


Le he pedido permiso para escribir hoy las emociones que sentí ayer al escucharla recitar sus poemas en el Círculo Mercantil, un lugar de Almería que siempre me ha encantado y me ha transmitido mucho embrujo, aún más me embriaga, si el lugar queda ensordecido ante la envolvente voz de Gloria recitando "Carpem Diem", "Cuando me vaya" y "Tu voz". 
Tengo que reconocer que alguna lagrimita que otra se escapó entre el público, reteniendo hacia adentro el sollozo que  la vergüenza ahoga. 

Presentó el acto la también poetisa Graciela Zárate, con una mezcla de amor y entusiasmo hacia Lunas de arena y su admiración por Gloria. La sencillez y cercanía inmensa con la que introdujo a la autora,  llegó dentro del corazón de los espectadores y la aplaudimos con alegría y admiración. Creo que Gloria no ha podido encontrar una persona que la presente mejor. 

Quedó muy evidente la buena química existente entre estas dos grandes mujeres escritoras y entre ellas con el público. 

Y a mi, que me gusta tanto observar las emociones y que además anoche, el círculo mercantil estaba  rebosante de ellas, ¿que vi, que sentí?

Entre ambas poetisas, por supuesto, era todo energía positiva, que irradiaban a diestro y siniestro por la sala, con esa sonrisa amplia, esa mirada tierna y agradecida, la postura erguida de confianza en una misma, de saber que se está haciendo lo que realmente se quiere y que además el salón noble estaba a rebosar y todos los presentes disfrutábamos con lo que ellas exhalaban. 

El grito de sangre ahogada del poemario de Gloria es sin duda un llanto acallado en las palabras, que describe con precisión el estado interior de esta escritora. Lo recita con precisión y con la fuerza de un volcán, porque ella es así, llena de alegría y optimismo, llena de esperanza y fe, a la vez sensible y tierna, llena de amor….AMOR, que reparte a los que la rodeamos y con el que nos hace vibrar. 

Gracias Gloria, por sacar en cada momento nuestro más hondo sentimiento con tus poemas y tus narraciones, gracias por arrancar de nuestra alma la emoción necesaria con tu palabra precisa. 

Os adelanto que quiero grabarla un día para que todos mis lectores podáis escucharla recitar, en este post no ha sido posible, quedo en deuda con ello. 


















Graciela Zárate y Gloria Langle





martes, 6 de octubre de 2015

Hasta luego Ana Diosdado


Ana. Gracias por tu aportacion en mi vida.

Ana, actriz de nacimiento, escritora y dramaturga, desde muy pequeña, con tan solo 5 añitos actuó en la Obra Mariana Pineda junto a la participación  de Margarita Xirgú que fue su madrina de bautismo.

Más tarde, ya en la compañía de su padre (Enrique Diosdado) representó la obra de Federico García Lorca "Así que pasen cinco años".

Pero la conocí principalmente como Lola, en la serie de televisión que interpretó junto a Imanol Arias. 
Serie muy crítica allá por los años 80 en la que Lola, abogada y madre, se dedica a temas matrimoniales y especialmente se especializa en tramitar casos de divorcio y prostitución ( a pesar de  la oposición de su hermana).

Mucho aportó Ana con su papel a las mujeres de éste país. Aprendimos bastante con ella. 

Una mujer que tenía mucho que decir en esta vida, un alma libre que voló…….

Nos quedarás en el recuerdo…ANA

viernes, 2 de octubre de 2015

DEPENDENCIA Y AMOR




El amante japonés de Isabel Allende
Ayer, día 1 de Octubre fue el Día Internacional de las personas mayores. 

Yo lo celebré bajándome a leer a la playa, vicio que tengo desde que vivo en zona costera.


El libro que ahora tengo empezado es el de Isabel Allende: El Amante Japonés. Trata sobre el Amor, la pasión y la entrega en personas mayores que viven en una residencia. 

Mientras leía, pasaban cogidos de la mano una mujer y un hombre cuya edad sospeché que rondaría los  80 años. Posiblemente viven en el Centro Residencial que tenía frente a la playa en donde yo estaba sentada. 


Ella, con el cuerpo encogido por la edad, la piel  arrugada y el caminar incierto,  pero con una cara de felicidad que contagiaba. Él, con cuerpo delgado y fuerte y un audífono en la oreja. Se pararon frente al mar y se fundieron en un largo abrazo. ME EMOCIONÉ. 

Entre tanto, yo seguía con mi libro y escribo lo que estaban hablando dos personajes de esta estupenda novela:  

Una amiga le dice a la otra: 

"-Yo también tenía terror de la dependencia, pero me he dado cuenta de que no es tan grave. Una se acostumbra y agradece la ayuda. Yo no puedo vestirme ni ducharme sola, me cuesta cepillarme los dientes y cortar el pollo en mi plato, pero nunca he estado más contenta que ahora….
Porque me sobra tiempo y por primera vez en mi vida nadie espera nada de mí. No tengo que demostrar nada, no ando corriendo, cada día es un regalo y lo aprovecho a fondo".

Justo esto es lo que yo estaba viendo delante de mí, dos personas mayores amándose, sin miedo al tiempo, sin temor a sus arrugas y sin molestia de un audífono. 

Justo eso es lo que veo ahora en mi padre y en mi madre tras 50 años de casados:  miradas de complicidad, caricias de amor y  risas de amantes, sobrepasando la angustia de los 20 años de dependencia de mi madre y todos los cuidados que mi padre le proporciona desde entonces, día a día, mes tras mes, año tras año. Mi madre siempre dice que no tenía más que tiempo para trabajar y que gracias a su situación, ahora tiene todo el tiempo del mundo para amar y divertirse. Eso es lo que hace ella ahora, darnos luz a todos los que la rodeamos…

Cuánto me enseñan...

miércoles, 30 de septiembre de 2015

HOMENAJE A LA AMISTAD







HOMENAJE A AQUELLAS PERSONAS QUE ME HACEN FELIZ


Hoy quiero dedicar este post a todas aquellas personas que me rodean y me hacen feliz día a día: Mis Amig@s. Con ello también incluyo a mi familia, como parte de este entramado de emociones felices que me regalan como agüita de mayo.

La Amistad: ¿que sentimientos me transmite? 

He encontrado un vídeo muy bueno, que tomo prestado para explicar lo que quiero transmitir. 
A partir de la visualización del mismo, doy cuenta de varias emociones (ira, orgullo, felicidad, tristeza…). Voy a centrarme en la FELICIDAD. La niña de éste corto es una chica feliz, a pesar de no tener dinero para comprar objetos materiales al anciano, a pesar de soportar la cara de enfado del mismo y a pesar de tener unos amigos que son un poco "destroyer". ¿Y por qué es tan feliz?  Muy sencillo: Porque tiene amigos que comparten con ella su vida. A partir de esta felicidad y positividad que irradia por todos los poros de su piel, es capaz de conseguir que el anciano se haga su amigo y se convierta en una persona más encantadora y menos triste. Porque este personaje de abuelo, lleva una vida aburrida, triste y solitaria. 

Pués bien, yo me pregunto: si sonreímos y nos mostramos tal y como somos, en nuestra esencia, con la sencillez y humildad que la vida nos da cuándo somos niñ@s, podemos reflejar ese sentimiento en cualquier persona por muy hosca que al principio nos parezca. 

Quiero decir, que la felicidad se transmite a las personas que te rodean y que al final, ese sentimiento te salpica. 

Si damos amor, recibimos amor. Si damos odio, recibimos odio. 

Me diréis que no en todos los casos esto es así y estáis en lo cierto. Si das amor, no siempre recibes amor, pero si das odio, sí que recibirás odio (que se reflejará en cualquier ocasión). De todas formas, cuando transmitimos amor y éste no es correspondido, lo que no podemos permitir es que las personas egoístas, pesimistas, tensas…etc,   nos hagan cambiar ese ánimo alegre y confiado. 

Yo eso lo decidí hace años.

 Hoy cuándo estoy frente a alguna de ellas, me pongo aceite por el cuerpo, pongo mi mejor sonrisa…y hago el reto de conseguir sacar esa mirada amiga de la persona que tengo enfrente. Y cuando no lo consigo, pues…..

….sigo dando lo mejor de mi….